La historia está manchada de sangre: recordando a las Matriarcas de la ginecología

James Marion Sims(1813-1883), fue un médico y cirujano Estado Unidense considerado el “Padre de la Ginecología Moderna”. Su trabajo más significativo fue el desarrollo de un procedimiento quirúrgico para reparar las “Fístulas Vesicovaginales”, las cuales eran una complicación severa que dificultaba el parto, además de la vida de las mujeres que lo sufrían.

Lo que no es muy sabido es que de 1845 a 1849, Sims se dedicó a una sola cosa: experimentar en mujeres afroamericanas que habían sido esclavizadas. En la actualidad se sabe que fueron 12, pero sólo se supieron el nombre de tres de ellas: Anarcha, Betsy y Lucy.  Sus vidas no importaban, su dolor no importaba. Estaban ahí por el bien de la medicina, eran un préstamo «noble» de sus Amos que las habían entregado con el fin de avanzar la ciencia. Y con el fin real de «arreglar» a sus fábricas de esclavos. 

Durante sus experimentos llegó a torturar (en sus términos: operar) sobre ellas varias veces, llegando a completar 13 operaciones completas sobre Anarcha. Sin anestesia. Según él la anestesia todavía no estaba del todo aceptada en los procedimientos quirúrgicos, y de acuerdo a notas encontradas tiempo después, no era consciente de la utilización del “éter” como compuesto anestesiológico. Sin embargo, los doctores británicos sabían de las propiedades del éter alrededor de 1840, ya que era muy comúnmente prescrito en conjunción con Opio. Verán, esto no es extraño, algo muy común en esa época, y aún ahora, era el racismo médico institucional. Se creía que las personas afrodescendientes no sentían dolor como “la gente blanca”, ya que se creía que su piel era más gruesa y que por eso no necesitaban anestesia. Este sesgo racista estaba tan enquistado en la estructura médica que en la actualidad sigue vigente, y se hace visible en el servicio racista que se le da a personas de color. En palabras de Faulkner, «El pasado no está muerto, ni siquiera es pasado».

Sims se aprovechó de un sistema racial que oprimía, torturaba, y esclavizaba a personas negras con el fin de proveer a gente rica y blanca con una mejor expectativa de vida.  

Image result for anarcha lucy and betsey

Sacado del DailyMail, una persona afroamericana con un cartel que lee «Creele a las mujeres negras»

 

Tiempo después vendría Alexander Skene (1837-1900). Skene es conocido y reverenciado por mucha gente ya que descubrió las llamadas “Glándulas de Skene”, o “Glándulas Parauretrales”. Estas glándulas se encuentran a los costados de la uretra y se caracterizan por formar parte de las llamadas “Eyaculaciones Vaginales”, las cuales son la expulsión de copiosas cantidades de líquido durante las estimulaciones sexuales, u el orgasmo que pueden salir de la vagina. Skene fue un fiel seguidor y discípulo de Sims.

Mucho tiempo después vendríamos nosotres, les anarcofeministas, les gynecopunks, a intentar a recordar la historia, renombrarla. Para nosotres, por siempre, lo que nos hace acabar a chorros, no tendrá el nombre del seguidor de un torturador. Para nosotres, será por siempre la glándula de Anarcha.

Como dijo Itzigar Iga, debemos cometer un parricidio histórico que borre sus nombres de nuestros cuerpos y nos descolonicen.

No para borrarlos de la historia, sino para reescribir la nuestra.

Deja un comentario